viernes, 27 de mayo de 2011

A mis Hermanos

Cuando comencé a pensarnos merodeando por los mismos espacios, compartiendo el aire y el vino, riendo y cantando, durmiendo y viviendo nuestras vidas como hermanos, solo pude imaginarme una pequeña parte de lo que hoy somos. Los amaneceres entre soles imponentes y mates bien cebados; los anocheceres de charlas de pasillo y guitarras susurrantes; las cenas consensuadas y amasadas entre todos; las trasnochadas infinitas acompañadas de amigos que son como los de uno; las palabras que nacen desde el alma y las cargadas que nos acechan tras cada tropezón; el hambre y el derroche compartidos; la mesa bamboleante y los bancos del viejo; la heladera de la Kela y la pavita del tío; cada rincón de ese que es nuestro mundo está cargado de nosotros, de lo que somos y lo que queremos. Nunca me sentí tan en casa como con ustedes. Ustedes, mis hermanos, son una parte muy importante de lo que hoy me hace una persona tremendamente feliz.
Los quiero con toda el alma.

1 comentario:

pedro dijo...

Que buenas palabras hermano. Es un sentir comun lo que acabas de expresar en palabras.