lunes, 10 de julio de 2017

Del síntoma al sinthome. Un acto de poesía. GOCE.(1)

Del significante se goza. La vida, vía un significante que remita a otro significante va de gozar entonces, gozar por el sentido, a través del sentido dado por la posibilidad que brinda el lenguaje de ir de un significante a otro. ¿Cuándo es qué una vida se torna angustiante, sufrible, insuficiente?, ¿cuándo es qué gozar, es decir referirse a un significante desde otro se torna insuficiente para vivir? ¿Importa cuándo?, el punto es que lo hace: la vida se torna angustiante, se sufre, no alcanza. Lo cierto es que ninguna lo hace, no hay vida que alcance y, Dios mediante, que en el mejor de los casos, será tras la muerte que nos alcance y solo porque se nos promete vida eterna. Así que en sentido estricto la vida, ni siquiera tras la muerte alcanza. Descartamos, por ahora, la pregunta de ¿Por qué no alcanza la vida?, no importa el motivo, es un hecho material, que se sufre. Vamos a cuestionarnos sí sobre su alcance, más precisamente sobre su sentido. Aun considerando que el sentido tiene un límite, es decir hay sinsentido, el sentido dentro de ciertos límites puede ser suficiente para sostener una vida, aceptando, eligiendo y más aun decidiendo con qué angustiarse, con qué sufrir y qué insuficiencia ha de ser suficiente. Siendo la muerte la única cura para la vida, someterse a un psicoanálisis permite decidir el modo de (sobre)llevarla, un posible hacer sobre eso que, irremediablemente se lleva por el solo hecho de estar vivo. Un psicoanálisis para decidir las coordenadas suficientes que permitan hacer soportable lo que no puede alcanzarse; pero también a partir de un psicoanálisis puede, hilando fino, inventarse un significante nuevo, es decir, distinto y sin referencia a aquel que se nos impuso, a partir del cual se despliegue un nuevo sentido, nuevas coordenadas y nuevos límites. Mientras tanto… del significante se goza, vea usted qué lugar le hace en su vida.