domingo, 19 de septiembre de 2010

Boleto Capicúa. ¿Ciencia o Mito?

Reseña Histórica.

América 1492. Un nativo se toma el A-cococho, su boleto: /#/H/#+ (1413142). Llega a la playa, a lo lejos se acercaban tres carabelas.
1816. San Martín se toma el K-rreta, su boleto: 11112. Se come una mina que pintaba fácil, a la hora de los bifes... era un traba.
1831. Sarmiento se toma el K-rroza, su boleto: 79496. Entrega una banda de guita para construir un cabaret, se mezclan los planos. Se construye la primer escuela.
México 1986. Maradona se toma el A-vion, su boleto: 333. Hace "La mano de Dios" y se manda esa corrida bestial desde mitad de cancha.
Argentina 2001. De la Rúa se toma el "ya salgo Jaime, andá abriendome la puerta del coche", su boleto: 666. Ese día se pudo escapar en helicóptero antes de que lo cocinaran en las cacerolas; cobra jubilación de presidente.
Hasta aquí me he contentado con poner los casos más destacados de la historia de los hombres, pero hay millones como boletos capicúas y boletos pijas hay en el mundo.

Teoría existencial del boleto capicúa.

En la base fundamental de esta teoría advierto que el boleto capicúa carga positivamente (P) los sucesos posteriores al concreto acto de adueñarse del mismo. Por el lado opuesto los boletos aledaños al capicúa a los que he llamado "PIJA" (Por Idiota JA!), a través del mismo acto, cargan de forma negativa (N) dichos sucesos. Si bien esto no está completamente claro, sostengo que el efecto sea, N o P, dura hasta que nos adueñamos de otro boleto, sea cual sea.
Una vez expuesta la teoría general prosigo aclarando algunos detalles que me parecen importantes. El acto de adueñarse del boleto capicúa es tal en tanto que implica que consciente o inconscientemente tomamos el boleto y lo conservamos como nuestro. Esto se ve más claramente cuando aparece el señor que controla boletos, al que le entregamos NUESTRO boleto y al que claramente le decimos "lo perdí" cuando no lo tenemos o lo tiramos por la misma adrenalina que nos produce pensar que puede venir el controlador y nosotros no tenerlo. Si lo cambiamos por otro entonces el que recibimos es nuestro boleto por que así lo hemos decidido.
Otra cuestión es la que refiere al grado de la carga, esta es proporcional a lo "copado" que sea o casi sea el capicúa. Es más copado P el 1111 que el 0323 (los ceros a la izquierda no alteran la capicuez pero sí se consideran cuando hacen al capicúa o al PIJA - 0440 y 0441 respectivamente), así como es más copado N el 1110 que el 0322.
En conversaciones con Woody Allen hemos logrado establecer la forma en que el boleto afecta los sucesos posteriores. Se trata de un super efecto placebo. Es decir, que al creer que esta teoría es real, automáticamente activamos la zona de la neocorteza frontal y comenzamos a producir hormonas suertarias que atraen la suerte N o P, según sea el boleto, también activamos el hipotálamo con lo que ponemos cara de "¡que bosta!" o "copado" respectivamente.
Por último, mientras me babeaba pensando en Scarlett Johansson he llegado a la conclusión de que esta carga se puede repeler, predisponiéndose uno enérgicamente y a través de nuestra conducta, a que todo salga bien, o mal según el resultado que desee. Aunque no es tarea fácil, vale la pena intentarlo.
En la actualidad, yo mismo he puesto en práctica dicha teoría y me ha ayudado en gran medida al predecir la carga (N o P) de los acontecimientos de mi porvenir. Así mismo me he mentalizado para contrarrestar los efectos negativos y explotar los positivos.

Fuente bibliográfica.

Un pajarito,
Wikipedia,
Woody Allen.