martes, 13 de marzo de 2012

De barrio Güemes al Paseo de la Fama

Mientras viajaba en un taxi (no porque sea rico, sino porque llegaba tarde), tuve la suerte, o quizá la mala suerte, ya que hoy es martes 13, de escuchar el tema que estaba sonando en la radio. Inmediatamente puse atención al estribillo de la canción, el cual hizo surgir en mi mente varios interrogantes. Este decía: "Te extraño amor, como el mar extraña al sol". Por supuesto, era interpretado por una cantante de esas que son todas iguales, por lo cual no quieran saber su nombre porque no interesa. Ese estribillo era repetido una y otra vez, como si la mujerzuela, o bien, sus productores, quisieran dejar en claro que era lo más picante del hitazo. Tras la repetición continua, interminable e inagotable de esa frase, se me ocurrió una idea: como justo estaba yendo a la facultad, pensé en mi salida laboral. Luego me imaginé que, como muy probablemente mi profesión futura sea la de periodista, quizá algún día pudiese tener la oportunidad de satisfacer todos mis interrogantes entrevistando a la persona en cuestión. Entonces visualicé en mi mente un hotel, si se quiere, el Sheraton, de noche, con luces que denoten prestigio, y la muchacha, cantante, estrella, joven y seductora, rubia, seguramente, saliendo de sus puertas con los labios pintados y dos o tres guardaespaldas siguiéndola por atrás. Por supuesto, yo, junto a un tumulto de periodistas, con el micrófono en la mano, tras haber esperado alrededor de cuatro horas la exclusiva con la estrella del pop, cansado y adormecido, despertando de golpe de mi sopor para correr hacia las escaleras por donde la cantante bajase para subirse a su limusina. Allí es cuando, ante los oídos sordos de la mujer que aclaró en Intrusos: "no voy a hablar más con la prensa", le tiro una catarata de preguntas para ver si tengo la suerte de que me responda al menos una, para poder luego volverme a casa satisfecho de no haber perdido el tiempo y de haberle brindado a mi país, a mi hermoso país, a mi amado país, al cual con tanta dedicación me gustase informarle día a día los chismes de los famosos, una cálida sensación de que su estrella aún tiene algo que decir. Pero cuando me acerco a ella y estoy a punto de preguntarle lo que el jefe de redacción me había hecho anotar la noche anterior como ayuda memoria, para tenerlo bien fresco, para no olvidar ninguna pregunta de vital importancia —y digo vital porque de esas preguntas depende la vida de muchos fans— y salir airoso de mi encuentro con la número uno del pop argentino, mi cerebro hace un click. Hace un click y me doy cuenta de que nada de lo que estoy por hacer tiene sentido. Entonces, como para no haber ido ahí y esperado cuatro horas al divino botón, la baño de interrogantes, pero interrogantes que nada tienen que ver con los que el jefe de redacción me había hecho anotar, ni con alguno que quizá le importase a alguien en mi puto país. La inundé de preguntas que me salieron del alma, desde lo más profundo de mi corazón, impulsadas por la sed de demostrar que gracias al cielo fue todo una pantalla ficticia de mi mente, que en realidad no es cierto, porque jamás sería reportero de un programa de chismes, y jamás trabajaría para alguien que quiere saber los secretos de una cantante de cuarta como esa.

Me acerqué, me escabullí por debajo de unos camarógrafos y lancé mi bataola de preguntas:

Cuando en tu hit decís, en realidad, repetís mil veces hasta el infinito: "Te extraño amor, como el mar extraña al sol" ¿A quién extrañás tanto como para repetirlo tantas veces? ¿Por qué no se lo decís personalmente en lugar de hacernos escuchar a todos una y otra vez tus problemas amorosos? ¿Que lo extrañes como el mar extraña al sol significa que es mucho o es poco? Porque el mar y el sol se ven todos los días durante, más o menos, catorce horas. ¿Lo ves catorce horas por día y lo extrañás mucho? ¿A caso laburan juntos? ¿Y si le querés decir que justamente por eso, porque lo extrañes como el mar extraña al sol, lo cual debe ser casi nulo, lo extrañás muy poco... por qué se lo decís? ¿Te peleaste y lo querés hacer sentir mal? ¿O vos serías el mar y él sería el sol y como es de noche no lo tenés y extrañás el calor que te hace sentir de día? ¿Por qué cogen de día siempre, entonces? ¿Sos puta? ¿Cogés catorce horas por día y lo seguís extrañando? ¿Por qué pasan, entonces, tus canciones en horario de protección al menor? ¿Si sos puta no deberías estar trabajando a esta hora? ¿Si te pago me chupás la pija? ¿Te parece buena la cancioncita que cantás? ¿Por qué crees que como inventaste esa rima barata vale la pena repetirla tantas veces? ¿Querés que escuchemos una y otra vez la magnífica obra semántica que te mandaste? ¿No será que lo del mar que extraña al sol sólo se te ocurrió porque "sol" rimaba con "amor"? ¿0 agregaste el "amor" porque necesitabas una palabra que encaje con esa analogía de cuarta? ¿Un mar que extraña a un sol? ¿Qué clase de mierda barata es esa? ¿Por qué no utilizaste "vida", o "gordito", o "chancho", o "turrón de quaker" y te armabas una rima más original? ¿Sabías que encima "sol" termina en "ol" y amor termina en "or"? ¿Sabías que la ele es distinta que la ere? ¿Por qué mierda no te ponés a estudiar música? ¿O por qué no corte y confección, por lo menos, que me anda faltando una costurera que me arregle el saco que se me abrió en la parte de la axila cuando levanté mis brazos para taparme los oídos cuando pasaban tu tema en la radio? ¿Por qué no ta vas a la puta madre que te re mil parió y la concha de tu hermana?

Como no podía ser de otra manera, no contestó ninguna pregunta. Me echaron del trabajo por no respetar lo pactado. Me cagué de hambre un mes y comí pan duro. Mientras tanto, la zanjuda esa comía en restaurantes elegantes, paseaba en su limusina y firmaba autógrafos. A los dos meses nunca más nadie supo de ella, porque sus productores se cansaron de su voz, de su cara, de su histeriqués, de su cabeza hueca, la mandaron a la puta que la parió y se buscaron a otra persona, o mejor dicho, otras personas, un grupo de pibitos parecidos a los "Wachiturros" (quienes —los Wachiturros— metieron en Buenos Aires 180 mil personas el otro día) , para exprimirlos y sacar dinero con ellos. La tunuda esta desapareció de la faz de la tierra, pero qué le importa, si tan tonta no fue: con dos meses de fama se aseguró en el banco comodidad para el resto de su vida y la vida de sus hijos. Y yo como un conchudo buscando laburo, comiendo pan duro.