jueves, 11 de junio de 2009

Parablar

El conductor televisivo hablaba sin que nadie le preste atención en la casa. De hecho, el volumen estaba muy bajo. Recién comenzaron a oírlo cuando ya no había ningún tema más para conversar en la mesa.

“La verdad, este tema de las palabras es todo un problema. Es muy difícil darse cuenta del significado de cada palabra, si no tenés un conocimiento previo de lo que significa cada una…”
“Veamos el siguiente diálogo…”

“-Nos comamos un asado entonces…
-Bueno, dale. Yo me cruzo a la carnicería y compro la carne…
-No, no. Yo quiero comer carne.
-Y por eso… me cruzo a la carnicería…
-No, yo quiero comer carne, no carnicero.”

“Sería más fácil ir a la carnería, ¿No lo creen?”

El conductor de televisión parecía enojado. La familia comenzaba, ahora, a prestarle atención a su televisor.

“La verdad, el sentido que tiene la filosofía de las palabras, tiene mucho que ver con el sentido que tiene la filosofía mental de cada individuo que, al relacionarse con el mundo, fue creando su propia capacidad idiomática, y así fue determinado el nombre de cada palabra, que luego se lo asignaría al objeto en cuestión. Yo no se si el latín esto o aquello. Tampoco se si el español deriva de lo que sea que Dios quiera, que Dios crea que sea que crea, ni que ocho cuarto. No me voy a poner a dar una cháchara de los idiomas, porque no tengo ni la menor idea de cual es su real significado. Lo que si se, es que si somos rebuscados para pensar, también somos rebuscados para hablar. Por eso, el Grido Batido se llama Grido Batido y no Grido Licuado, cuando en realidad se hace con una licuadora. Todo tiene que ver con la incesante manera en que el Ser Humano tiende a etiquetar las cosas como si fueran ovejas de una granja a las cuales hay que colocarle un número en la oreja. Si el aporte mínimo de la lógica a la razón existiese, todos estaríamos concientes de que la palabra “Palabra”, por ejemplo, se llamaría “Parablar”, por el simple hecho de la fusión de la acción que se llama “Hablar” y que las palabras son “Para” eso. Nada tiene que ver la ocurrencia de un infradotado de modificar el latín de una forma errónea para crear el castellano. Si las palabras estuvieran correctas, quizá todo este monólogo no tendría sentido. De hecho, voy a tratar de explicar lo que en realidad quiere decir el primer párrafo que mencioné en mi charla (El que comenzó con: La verdad, este tema…), pero que lo entendemos de esa forma gracias a la poca inteligencia del creador de este método idiomático. Si fueramos realistas, lo que ese párrafo nos dice, es lo siguiente:”

“El color verde que está presente en el punto cardinal Este del que habla la canción para labradores, es toda una baraja de naipes profesional. Es muy difícil dar té mientras contás los signos para labradores, nota musical, tenés un cono en los cimientos antes de ver…”

“Eso sería realismo puro, convirtiendo un idioma predominado por confusas palabras, que hacen de algo tan simple un problema grave, en el verdadero sentido del significado oral. Ese párrafo cambió totalmente su significado, mientras que siendo ignorantes y dejándonos llevar por la confusión de nuestro idioma, habíamos procesado esta barbaridad:”

“La verdad, este tema de las palabras es todo un problema. Es muy difícil darse cuenta del significado de cada palabra, si no tenés un conocimiento previo…”

“La gente bruta e inconciente ronda por todas partes del mundo. Algunos crean idiomas fallidos, otros no saben sumar ni restar, otros trabajan en un call center y otros enseñan gimnasia. Lo que se, es que hay que andar con cuidado, eligiendo bien las amistades y no juntarse con la chusma, así no caemos ante uno de esos deformadores de palabras, que crean la morfología de una palabra a partir de diversas vivencias suyas, que nada tienen que ver con la realidad.”

“Ahora, si la morfología tiene que ver con la forma: ¿Por que no se llama formología, cuando en realidad morfar significa comer?”

“Así hablamos, creyéndonos los cultos, mientras que en realidad somos un puñado de pantuflas…”

“¿Qué son las palabras?, ¿De dónde vienen?... Averígüelo en el próximo episodio de “Hablamos Mierda Punto Com Punto Ar”…”

El abuelo se paró indignado, y se dirigió al televisor.
-Cambiemos esta porquería… En estos programas no hacen más que hablar pelotudeces…Como si a alguien le interesara andar viendo de donde vienen las palabras…

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