lunes, 19 de abril de 2010

Minutos repetidos

El sonido tembloroso que suele emanar de ese débil roce producido entre el siempre elegante arco con las profundas y refinadas cuerdas, siempre generó en sus delicados tímpanos una sensación de melancolía. Acostumbrando su vaga nostalgia a flor de piel en medio de una bocanada de minutos que se alteran en horas, aunque siempre acompañado de su moderada pero contundente medida de Ginebra, él comienza a divagar por la penumbra de su mente, esa sombra parcial que duda entre los espacios enteramente oscuros y los enteramente luminosos residentes en su cabeza, producto de la saturación de sus pensamientos. Aquel tranquilo momento, suyo y de nadie más, en el que acostumbra viajar todas las noches de forma efímera por los más recónditos y secretos misterios de su infinita naturaleza, se convierte en una rutina liberadora. Libera su cuerpo de las tensiones producidas por el transcurrir de su vida, de sus días, de su trabajo. Pero encuentra entonces en sí, la idea de que el descanso de esa apesadumbrada rutina no es más ni menos que otra repetición, también habitual. Y allí descubre como aquella segunda debe ser pequeña y reducida, porque si no, necesitaría de una nueva para tomarse un descanso de sus descansos.
Korsakov seguía deleitando en su formato de vinilo con una de sus tantas piezas de violín clásico.

4 comentarios:

Onom Atop Eya dijo...

pequeño y fugaz deleite...
obasión de pie...
abrazo afectuoso...

ORSHE dijo...

felicitaciones!

Раскольников dijo...

Muy lindo viejo. Y no es tan corto como pensás, porque da ganas de volverlo a leer.


Me acomodo un tantin la cabeza, como para cordinar dedo y tecla y me tienen de nuevo en carrera. Por lo pronto voy a leer todos asi me pongo al dia.

Onom Atop Eya dijo...

reaparecio el rusito!!! bienvenido hermano!