viernes, 26 de marzo de 2010

Tríptico tétrico

Garganta negra, negra de arena negra. Un grito como viento saliendo de las entrañas terrosas. Una mano como un árbol milenario, golpea el pecho de piedra. Un río como lágrimas mudas se precipita desde sus ojos escarpados. Su vientre estepario se sacude a cada lamento desgarrado por la dolorosa agonía.

Trabajaba duro, como cualquier hijo de vecino. Siempre se cuidaba de los grandes excesos, como buen cristiano. Nunca faltaba el saludo cordial ante la mirada solícita de un coterráneo. Se lavaba bien las manos antes de comer y después de ir al baño. Pero en su bolsillo llevaba siempre un Bubalú de frutilla para las situaciones críticas en que la acartonada parafernalia de su vida lo enlataba y lo ponía a la venta en una góndola de hiper-super-mega-mercado.

Sentado en un sillón en la oscuridad, en el silencio oscuro de una habitación desolada, aguza el oído como queriendo desnudar el aire para descubrir una hebra de tintineo que acuse aquel eterno fluir del vil metal, alimentando la voracidad inacabable de La Criatura. Tranquilo, despierto, confiado, se recuesta en su sillón oscuro de la habitación oscura y paladea gustoso el vino áspero oriundo de quién sabe qué región austral hasta donde llegaron sus manos hoy. El día fue largo, pero la noche promete ser interminable como la anterior, y aún más. Sus ojos terrenales, lo único que tal vez logró escapar a su metamorfosis en Dios, ceden al peso de las horas y los días; pero su mente eterea no descansa, sigue elaborando recetas cuantiosas que sacien momentaneamente a La Criatura. Flor de sus entrañas, nació gradualmente tras su metamorfosis; al principio necesitaba pequeñas raciones ocasionales, hoy el precio por ser la imagen exacta de Dios es la esclavitud a la insaciable hambruna de su hijo...
Por un segundo, su mente se pone en blanco, sabe con certeza que aún queda mucho jugo en la naranja mecánica que mueve al mundo, a este pequeño mundo, uno de los tantos en su haber.

3 comentarios:

Lojodio A. Lojotáreo dijo...

Es admirable la cantidad de recursos literarios que rebalsan de la pesada olla de su intelectual guiso de palabras excéntricas.
Espero algún día tener los recursos que me permitan expresar mis ideas mediante una escritura de la índole de las suyas, en lugar de seguir redactando textos para niños...

Onom Atop Eya dijo...

por favor compadre, las diferentes formas de expresión no logran ocultar la fuente común de la cual se nutren nuestras palabras hermanas.
recuerde que somo hojas del mismo trébol aunque hay una que en su otoñal caíada se perdió entre los ligustros de las horas.
un abrazo virtual.

ORSHE dijo...

un culiado bárbaro ese dios!!