viernes, 12 de septiembre de 2008

Traje de Etiqueta

Ya en sí, la palabra "carne" involucra una sensación corpórea que, creo adivinar, se debe a la conjunción de sus tres consonantes (c, r y n), sobre todo a la yuxtaposición de las dos últimas. (Hágase la prueba con "cuerno" y se obtendrán análogos resultados). Efectos similares se dan con la palabra "aire" que en su sintaxis esconde la esencia misma de lo etéreo, producto de ese aleteo fugaz de la "r" entre los suspiros vocales de las otras letras. Sin detenerse un segundo se atropella la idea de que es probable que las esencias de las cosas emanen de la estructura caprichosa de las palabras y no a la inversa, es probable que, si el aire se llamara "carne", en este momento estubiera entrando una colita de cuadril por la nariz, mientras un nene pasa con su globo de cumpleaños inflado con mondongo...

En algunos casos muy raros se da una inversión de la causalidad: el negro es negro y el blanco es blanco...

2 comentarios:

Lojodio A. Lojotáreo dijo...

Si hay algo que siempre hago es analizar el sentido textual de las palabras, y creo que la personalidad de cada objeto, se debe a su nombre. por ejemplo. Una palangana es divertida porque su nombre lo permite.

Onom Atop Eya dijo...

por ahi viene la mano, o por ahi no... hay que tratar de no olvidar que uno siempre mira desde donde mira, y siempre ve lo que sabe ver...
se trata de no dejarse llevar por las arbitrariedades disfrazadas de "lo natural" que siempre emanan de los que tienen el poder (y que incluso son la base de ese poder).

o por ahi era solo un juego de palabras...